UNIDOS Y PERSEVERANTES EN LA ORACIÓN
domingo 23 julio 2017

UNIDOS Y PERSEVERANTES EN LA ORACIÓN

Pensando en todo lo que hemos vivido en los pasados meses, realmente no tendría tiempo para enumerar todas las victorias que obtuvimos. Pensar solo en esa oración unida que tuvimos el 25 de mayo en todo el país, sabiendo que estamos cambiando la atmósfera de la Nación, que Dios nos encuentra unidos, con un mismo sentir y propósito.

Es lo que ocurrió en el Libro de Los Hechos, en el capítulo 1: 12-14, dice la Palabra del Señor: “Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos”.

El Señor les había dicho que vayan a Jerusalén porque había una promesa para ellos. Cuando ven que Jesús asciende, dice la Palabra de Dios, que “estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo’ (Hechos 1:10-11).

Y ahí ellos deciden regresar a Jerusalén, y aunque ni Jesús ni el ángel les dijo que se pongan a orar, ellos sintieron que lo mejor que podían hacer para prepararse para la promesa que iba a ser derramada, era tomar ese tiempo de oración, estar unánimes y perseverar en la oración.

El 25 de mayo ha sido un glorioso ejercicio espiritual para cambiar la Nación. Pero hay que perseverar. Tenemos que seguir unánimes, juntos, perseverando en la oración.

Pensando en lo que sucedió en Jerusalén, vemos que ellos, justamente, escucharon al Señor por cuarenta días, luego el Señor se va, y están diez días en esa espera, en esa expectativa, unidos en la oración. Y después de tener ese tiempo unidos de clamor, se derrama el Espíritu Santo sobre todos. Dice que estaban otra vez, juntos, unánimes, en un mismo sentir. La expresión griega original que Lucas escribe en el Libro de Los Hechos, significa estar en un mismo sentir, con una misma voluntad, con un mismo propósito, con una misma alma, con un mismo corazón. Y yo creo que si queremos experimentar ese derramamiento, esa unción del Espíritu Santo, tenemos que tener esa unidad, estar con un mismo sentir, una misma meta o propósito.

El Señor nos llama a evangelizar, vamos a recibir poder de lo Alto para ser testigos, Sus testigos, pero tenemos que tener esa comunión, ese mismo sentir, estar en unidad de Espíritu, unánimes, juntos para que el Espíritu Santo se derrame, para que el poder de Dios nos toque, para que podamos ser lanzados a conquistar.

Perseveraron en la oración y Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen” (Hechos 2:1-4).

Esa es mi oración, que todos sean llenos del Espíritu Santo. Si no tienes el don de hablar en lenguas, prepárate, si quieres recibir los dones del Espíritu, haz de tu vida un altar donde el Señor pueda derramar de Su gracia, de Su unción y poder, de Su presencia y virtud; para que puedas ser lleno de toda buena dádiva, de todo don perfecto que el Padre quiere derramar sobre tu vida.

Faltan sólo unos meses para que volvamos a unirnos en 40 días de oración y ayuno por nuestra nación. Del 24 de septiembre al 2 de noviembre vamos a poner en práctica el poder de la oración en unidad para clamar y ayunar por nuestra amada Argentina. Los 40 días de ayuno y oración nos sumergirán en una atmósfera sobrenatural que nos permitirá ver milagros y generar una transformación en nuestra nación. Vos y toda tu congregación pueden ser protagonista con tu libro devocional, y los más chicos también pueden acompañarnos con el libro '40 días para chicos'. ¡¡NO DEJES DE SUMARTE!!

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