FORTALECIDOS EN LO ÍNTIMO DE NUESTRO SER
martes 19 noviembre 2019

FORTALECIDOS EN LO ÍNTIMO DE NUESTRO SER

Nuestra vida es como un avión, hay presiones exteriores que todo pastor conoce muy bien. El pastor Cho decía: “Tengo medio millón de miembros en la iglesia… ¡tengo medio millón de problemas!”, porque cada miembro es un potencial problema. Siempre tendremos presiones exteriores pero cuando nuestro ser interior es fortalecido con poder, aunque vengan presiones desde afuera no nos afectarán sino que, por el contrario, nos resbalarán.

¿Qué cosas ocurren cuando estoy fortalecido interiormente por el poder del Espíritu Santo?

1. Puedo vencer la tentación

Jesús les dijo a Sus discípulos: Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil. Cuando estoy fortalecido en lo íntimo de mi ser, puede venir la tentación en distintas áreas de mi vida pero esta no me afectará.

2. Puedo tomar decisiones correctas

El Espíritu Santo de Dios es mi guía. Como hijo de Dios, soy guiado por el Espíritu del Señor y, al estar fortalecido en mi ser interior, tomo las decisiones correctas, aprovecho cada oportunidad, evito cada tentación o cada desastre que pueda ocurrir. Porque tengo fortaleza interior, no me dejo llevar ni por lo que dice la gente, ni por el deseo de agradar a los demás.

3. Puedo resistir la enfermedad y la opresión

Cuanto más deprimido estoy, más enfermedades se me pegan. Algunas personas parecen un imán de virus, de enfermedades, ¡a donde van se les pega todo! Pero cuando soy fortalecido en lo íntimo de mi ser, puedo soportar todo ataque del enemigo porque tengo “el escudo de la fe”. Dice Proverbios 18:14: En la enfermedad, el ánimo levanta al enfermo; ¿pero quién podrá levantar al abatido? Muchas enfermedades son psicosomáticas: estrés, urticaria, úlcera. ¿Por qué? Porque el espíritu no está fortalecido, entonces la angustia le abre la puerta a la enfermedad.

4. Puedo testificar

En Hechos 1:8 el Señor les promete a Sus discípulos que “recibirán poder para ser Sus testigos”. Algunos pastores nunca testifican de su fe, solo predican desde la plataforma; o llenan formularios al entrar en un país y en lugar de colocar pastor, colocan “escritor”… Pablo diría: … no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios. Cuando estoy fortalecido en mi ser interior, puedo decir: “Soy pastor evangélico”, porque tengo poder para testificar y no me avergüenzo del Evangelio de Jesucristo.

5. Puedo orar sin cesar

A veces estamos tan deprimidos, que ni siquiera podemos orar. Todos recibimos esos llamados telefónicos que desearíamos que nunca hubieran ocurrido. Pero cuando estoy fortalecido en lo íntimo de mi ser, aunque esté en medio de una adversidad, de una tormenta, empezaré a declarar la fortaleza, la gloria, el poder, el señorío de mi Dios y a decir que Él me sostiene con la diestra de Su justicia. No me amedrentaré. También clamaré al Señor de día y de noche, como la viuda que le pedía justicia de su adversario al juez, con insistencia. Tendremos oraciones como las de los discípulos en Hechos 4:29: … Señor, toma en cuenta sus amenazas y concede a tus siervos el proclamar tu palabra sin temor alguno. En lugar de: “Ay Señor, pobrecito de mí, me pegaron tres veces, ya no sé qué hacer… ¿vale la pena seguir?”. Cuando estoy fortalecido en lo íntimo de mi ser, miro las cosas en otra perspectiva. Dios nunca llega tarde. Él siempre nos responde. Yo deseo estar tan fortalecido en mi ser interior que, aunque vea que todo se desmorona, sabré que mi Señor vive, que mi Redentor reina, que Dios tiene un plan para mi vida y para mi país. Él siempre tiene la última palabra.

6. Puedo alabar en la adversidad

En una oportunidad mi padre subió a la plataforma del cine Esperancino en Santa Fe a predicar, allá por el año 77 o 78. Él sabía muy bien que había una amenaza de bomba, pero predicó como si nada ocurriera porque estaba fortalecido en su ser interior. Y eran épocas en que explotaban bombas… Pablo y Silas hicieron exactamente lo mismo, a la medianoche en lo más profundo de la cárcel, con cepos, tras las rejas, adoraban y exaltaban el nombre del Señor, levantaban cánticos e himnos a Dios y todos los presos los oían. Cuando estoy fortalecido en lo íntimo de mi ser, puedo adorar al Señor en medio de la adversidad porque sé que Él me dará una salida, que soy más que vencedor por medio de Aquel que dio Su vida por nosotros, y que ningún arma forjada en mi contra prosperará.

7. Puedo fortalecer a los que están débiles

A veces podemos ministrar de nuestra debilidad, pero cuando Dios nos llama a fortalecer al pueblo, necesitamos estar fortalecidos. Y cuántas veces los líderes necesitamos apartarnos para fortalecernos nosotros primero, y luego ir a ministrar a la gente. En Josué capítulo 5 se le acerca este varón con la espada desenvainada y le dice: Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar que pisas es sagrado y le da la estrategia para conquistar esa ciudad amurallada, impenetrable, que era Jericó. ¿Por qué lo pudo hacer? Porque recibió fortaleza. Hoy también el Señor quiere fortalecernos, extender su espada desenvainada, comisionarnos y llenarnos de Su poder.

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