“EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO”
miércoles 26 agosto 2020

“EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO”

Es normal que un cristiano anhele que lo imposible se convierta en posible y que todos se rindan ante el nombre de Jesús. Es normal anhelar más y más de Él. Así que de la manera que busquemos más de Él, más representaremos la naturaleza de Dios y lo imposible comenzará a ser posible. Pongamos los ojos en el cielo, en Jesús.

En la antigüedad, cuando un reino quería conquistar o destruir a otro reino, lo hacía a través de la “invasión”. El reino que ganaba demostraba la superioridad. Esto lo colocaba al otro automáticamente en un reino inferior. Este es nuestro turno: invadir a la tierra con lo celestial, ya que Jesús nos ha dado todas las armas necesarias para demostrar la superioridad de Su Reino e imponerlo sobre el reino de la oscuridad. Para hacer esto, debemos demostrar a qué reino pertenecemos. El reino al que pertenecemos no es uno terrenal sino uno espiritual.

El reino que manifestaremos será aquel en el cual más estemos enfocados. Nosotros somos llamados a establecer el reino de Dios sobre esta tierra, por tanto, tenemos que invadirla predicando el evangelio y manifestándolo por medio las señales y prodigios.

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2)

Analicemos la historia de Elías en 2 Reyes 2:1 – 12. Elías sabe que ha llegado el tiempo de su partida de este mundo. Le insiste a Eliseo que se quede y no lo siga, pero él decide seguir a su maestro. Elías le pregunta qué quiere que haga por él, y Eliseo le responde: “te ruego que una doble porción de su espíritu sea sobre mí”. Elías le contesta: “cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; más si no, no.” Llegó el tiempo de la partida de Elías; un carro de fuego con caballos de fuego pasa en medio de ellos y Elías es llevado, no en el carro de fuego, sino en un torbellino. Eliseo lo consiguió, mantuvo los ojos en Elías y recibió una doble porción de la unción. Elías le quería enseñar a Eliseo a no distraerse de lo sobrenatural y mantener los ojos en el cielo.

Cuando ponemos los ojos en Jesús, lo sobrenatural será un resultado de vivir enfocados en Él. Las sanidades, los milagros y prodigios siempre existirás al darle libertad al Espíritu Santo a que opere a través de nosotros. Y Jesús dijo que estas señales seguirán a los que creyeran. Por eso lo sobrenatural se da naturalmente cuando ponemos los ojos en Jesús, en lo que está pasando en el cielo, cuando caminamos como hijos e hijas de Dios, proyectando su amor hacia la humanidad.

Es una realidad, el mundo invisible tiene influencia sobre el visible. Como pueblo de Dios, si no tomamos el reino de Dios que está a nuestro alcance, la potestad de las tinieblas estará lista para mostrar su capacidad de influencia. El reino es el dominio del Rey; dominio implica autoridad y señorío. Jesús vino a ofrecer los beneficios de su reino para todos los que se sometieran a su gobierno.

¡Que en este tiempo de tanta necesidad e incertidumbre como iglesia de Cristo podamos traer el cielo a la tierra! Por eso no dejemos de clamar juntos, todos los pastores y líderes de nuestra nación. Sumate a este aposento alto que hemos llamado El ALTAR NACIONAL DE ORACIÓN, todos los jueves de 12 a 12.30 en vivo por Zoom y por nuestro canal de Youtube. ¡Argentina nos necesita!

Compartir

Noticias relacionadas

Rafael Hiatt

Rafael nació el 31 de diciembre de 1931 en Vancouver, Washington, Estados Unidos. Estudió en la Universidad Vanguard de California y se graduó en el año 1956. Durante más de cuarenta años estuvo sirviendo y trabajando en las Asambleas Internacionales...

Seguir leyendo...