2018, AÑO DE GLORIA
miércoles 3 enero 2018

2018, AÑO DE GLORIA

Comienza un nuevo año y con él muchas metas en mente, muchas listas de cosas por hacer, muchos buenos deseos para nuestros más queridos, muchas buenas intenciones… queremos comenzar a escribir una nueva página en nuestra vida, tomar este año como un punto y final para redactar algo nuevo. Pero, ¿es realmente nuestra vida transformada con la llegada de un nuevo año? ¿qué de cierto hay en esto de “año nuevo, vida nueva”?

Siempre son necesarios los cierres de ciclos para poder continuar, y aunque comienza un nuevo año en nuestro calendario, nuestra vida puede seguir siendo la misma si no hacemos algo al respecto.

La biblia nos habla en 2 Corintios 3:18 acerca de una gloria transformadora, una gloria que esta allí para ser disfrutada, una gloria que viene directamente del Padre celestial. ¡Esto sí es un cambio!. “Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu” (NVI) un nuevo año nos da la oportunidad de reflexionar, de pensar qué pasó y qué podemos mejorar, pero no es un condicionante para transformar nuestra vida.

Cuando Moises bajaba de hablar con Dios, de la montaña Sinaí donde se encontraba con él, siempre lo hacía con el rostro cubierto. La gloria de Dios se manifestaba como luz que impedía que los demás pudiesen verlo directamente, pero era la señal que Dios le daba a su pueblo para que supieran que había estado “cara a cara” con Moises (Éxodo 33). Luego del nuevo pacto, Dios promete resplandecer su gloria sobre nosotros sin necesidad de cubrirnos, porque es es a través de la obra del Espíritu Santo en nuestra vida.

Nuestra renovación está completamente a cargo del Espíritu Santo si le dejamos actuar. Toda transformación debe comenzar desde adentro y con la guía de él porque ¿quién conoce el corazón de Dios sino es el Espíritu? ( 1 Corintios 2:11) el mismo Dios dentro de nosotros nos lleva a una vida de mejor en mejor. Él es el primer interesado en que avancemos, en que conquistemos esas metas que queremos lograr, en que nuestra vida refleje a Dios mismo ante las personas y en vez de alejarlas, las atraigamos a él.

Pero ¿qué es la gloria de Dios? Debemos pensar en la gloria de Dios como una característica propia. Son las virtudes de su carácter, es la belleza de su Espíritu. Es lo que hace que Dios sea Dios, porque de Él nacen esas cualidades. Por otro lado, cuando nos referimos a que él nos transforma en su gloria o que reflejamos su gloria, es porque a través de su Espíritu (el portador de su gloria) nosotros podemos llegar a conocerle a él.

La biblia dice que nosotros sabemos que somos hijos de Dios porque el Espíritu Santo así nos los da a conocer (Romanos 8:16), también dice que el Espíritu Santo es el único que conoce el corazón de Dios(1era Corintios 2:10). También sabemos que un misterio divino es que el Espíritu Santo es el mismo Dios (Juan 14:26) (Juan 17:21), pero lo mejor de todo esto es que ese mismo Espíritu habita dentro de nosotros ¡Cuán grande es esta verdad! ¡Cuán poderosa! Dios mismo dentro de nosotros obrando por él y para él.

Es imposible entrar en la gloria de Dios y no salir transformado. Es una ola que te cubre desde la cabeza a los pies y sus virtudes tocan las áreas en tu vida que necesitan ser tratadas. Lo más maravilloso de esto, es que todos los días Dios nos invita a entrar en su presencia y tocarnos con su gloria sin ninguna fecha de vencimiento. Todos los días podemos renovarnos en él y ser transformados.

Si tienes una lista en tu mano con algunas metas por cumplir para este nuevo año, te invito a que la primera sea: entrar en la gloria de Dios y ser transformado. Él está dispuesto a hacerlo; murió para ello, pero tú, ¿Estás dispuesto a tomarlo?

Si quieres comenzar con buen pie este 2018, atrevete a querer más de él y de su gloria.

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