CAMBIANDO EL PARADIGMA
jueves 15 agosto 2019

CAMBIANDO EL PARADIGMA

Necesitamos tener el discernimiento y la sabiduría que Dios nos da para posicionarnos en cada etapa de la economía. Cuenta La Escritura que en la época de José comenzaron los siete años de hambre que él había predicho, y hubo escasez en todos los países cercanos. La realidad era innegable, el hambre existía; sin embargo, en toda la tierra de Egipto donde José vivía había alimento.

Dios me habló de este tema en un devocional que hice hace un tiempo. Él me dijo: “Una cosa no implica la otra”. En aquella época la hambruna se había extendido por todos los países, mas en la tierra de Egipto había alimento. De esta manera, Dios nos enseña que podemos atravesar tiempos de adversidad en lo económico, pero esto no significa necesariamente que al final no triunfaremos. Tengamos cuidado de no trazar este pensamiento lineal: “Si los tiempos son malos, sí o sí nos va a ir mal, vamos a terminar en derrota”. Necesitamos entender que cuando pensamos así nos programamos de manera negativa. Es cierto que los tiempos difíciles traen dificultades, no podemos negar la realidad, pero eso no significa que traigan imposibles, ¡ya que para Dios no hay nada imposible!

Lo mismo que creemos ante una enfermedad incurable debemos creerlo en el ámbito de las finanzas. A veces parece que limitamos el obrar de Dios en materia económica. No dudamos que Él puede curar un cáncer terminal, pero nos cuesta creer que en tiempos difíciles podemos tener un buen trabajo, comprarnos una casa o incluso progresar más que en tiempos prósperos. En cierto modo, creemos que la potestad del Señor en el ámbito económico está limitada, pero, por supuesto, esto no es así. Al encarar tu día, ten presente esta diferencia que existe para los hijos de Dios, de lo contrario, te determinarás negativamente y no podrás impartir en la congregación la certeza de que una cosa no implica la otra: el hecho de que los tiempos sean malos no significa que a ti te tenga que ir mal. Posiciónate espiritual e intelectualmente.

Los tiempos difíciles podrán traer dificultades, pero para Dios nada es imposible, y así debemos creerlo, no solo en el ámbito de la salud o de las relaciones interpersonales, sino también en el ámbito de la economía. Frente a las noticias negativas, recuerda estas dos diferencias y tenlas presente a la hora de emprender un proyecto. Cuando enciendas la televisión y escuches noticias como: “suspendieron a 12.000 personas”, “el billete sube aunque se liquiden las exportaciones” o “parece que la economía se frenará”, ve a La Palabra del Señor que declara que aunque el hambre azotaba al mundo entero (no negamos la realidad), el pueblo de Dios recibió la promesa de que en la tierra de Egipto, donde estaba José y su familia, habría abundancia de pan. Créelo y decláralo para tu propia vida y para la vida de las personas que Dios ha puesto bajo tu cuidado; de esa manera, estarás cambiando el paradigma de tu mente y la mente de los demás.

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