PARA QUÉ Y CÓMO AYUNAR
domingo 28 junio 2020

PARA QUÉ Y CÓMO AYUNAR

Dios creó el cuerpo humano de manera que necesitara alimento para funcionar. Para asegurarse de que el cuerpo sea alimentado, puso dentro de nosotros el apetito por la comida, al que denominamos “hambre”. El comer satisface nuestro apetito y nos da las fuerzas para realizar las actividades que necesitamos hacer a lo largo del día. Entonces, ¿porqué una persona eligiría ayunar y permanecer sin comer durante un período de tiempo?

Desde la perspectiva de Dios, la razón es simple. El ayuno puede utilizarse para lograr un propósito espiritual. En el Antiguo Testamento se les ordenó a los israelitas que ayunaran una vez al año “El día diez del mes séptimo ayunarán” (Levítico 16:29). Este día el Sumo Sacerdote realizaba sacrificios especiales para expiar los pecados del pueblo. Durante el servicio, entraba al Lugar Santísimo en el centro del templo, por única vez al año. A través del ayuno, Dios quería que su pueblo recordara la experiencia de su salvación. Todos ayunaban para identificarse con el Sumo Sacerdote, quien sacrificaba un cordero para el perdón de pecados.

Hoy, como cristianos, vivimos bajo la gracia y ya no se nos exige ayunar. Sin embargo, Jesús aclara en Mateo 6:16 que podemos ayunar por determinados motivos: “Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que estos ya han obtenido toda su recompensa” De igual manera, en Mateo 9:15, Jesús declara: “¿Acaso pueden estar de luto los invitados del novio mientras él está con ellos? Llegará el día en que se les quitará el novio; entonces sí ayunarán”. Los apóstoles de la Iglesia primitiva también ayunaron por un propósito espiritual: “Mientras ayunaban y participaban en el culto del Señor, el Espíritu Santo dijo: “Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado”. Así que después de ayunar, orar e imponerles manos, los despidieron” (Hechos 13: 2-3)

Las personas que nunca ayunaron ven con temor la posibilidad de abstenerse de comer. Se preguntan: ¿Tendré hambre? ¿Toleraré el no comer por una cantidad determinada de tiempo? ¿Podré llevarlo a cabo? Creen que será una experiencia desagradable. Sin embargo, puedes estar seguro de que ayunar no te hará ningún daño. Estudios realizados demuestran que ayunar en realidad es bueno para el cuerpo porque lo hace eliminar toxinas.

El propósito del ayuno no es hacer una demostración visible de tu dedicación religiosa a Dios, sino realizar un compromiso personal con Él. No siempre es fácil porque, como cualquier otra disciplina, sin duda encontrarás resistencia y oposición. Comienza el ayuno comprendiendo realmente de qué se trata. Aunque tal vez en el camino sea difícil, las recompensas serán grandes.

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