LA CLAVE PARA LA TRANSFORMACIÓN DE LA NACIÓN
domingo 30 abril 2017

LA CLAVE PARA LA TRANSFORMACIÓN DE LA NACIÓN

Si miramos la Biblia vamos a ver que todo comienza a cambiar cuando hay alguien que puede llorar, alguien que puede reconocer y decir: “hemos pecado, nos equivocamos”. Las lágrimas son como semillas que caen en la tierra y luego producen fruto. Para que haya un avivamiento tiene que haber un río de lágrimas. La oración nos lleva a esa comunión con Dios para que podamos ver la necesidad y urgencia de que la gente se vuelva a Dios. En Él las personas encontrarán paz, felicidad, esperanza, trabajo, salud. ¡Todo está en las manos de Dios!

Es importante que ayunemos y oremos, que consagremos días a Dios para que Él abra los cielos y bendiga, primero nuestra vida, porque si nosotros nos volvemos a Dios Él se vuelve a nosotros, después nuestra familia, nuestra ciudad, la iglesia, y finalmente toda la Argentina. Si nosotros queremos ver un cambio en nuestra vida, familia, ciudad y país, es necesario orar, ya que la oración es la llave que Dios dejó y que nos enseñó a usarla por medio de Jesús».

¿Qué importancia tiene la oración unida?

«La oración de un justo puede mucho”, eso dice la Biblia. La oración de muchos justos puede más. Cuántos más somos, más bendición. Dios está esperando que le pidamos. Muchas veces uno se pregunta “¿Por qué Dios no me da?”. Pero el error está en que no le pedimos, porque creemos erróneamente que no es necesario pedir. La Biblia dice “pedid y se os dará, buscad y hallareis, golpead y se os abrirá”. Quiere decir que hay una enseñanza, que la oración es la que mueve la mano de Dios. Cuándo oramos, lo hacemos por nuestra casa, por nuestra vida, por nuestra ciudad, vamos a orar por nuestra Argentina, entonces la bendición de Dios se agiganta.

¿Hay un cambio verdaderamente?

Las cosas comienzan a cambiar, comienzan a producirse cuando hay una iglesia que busca a Dios. La iglesia es la que tiene la llave para que Dios abra los cielos y bendiga la tierra. No debemos esperar que Dios lo haga todo por su cuenta porque Dios está esperando que nosotros hablemos. Es como cuando un niño le pide algo a su padre. Dios quiere bendecirnos, Dios quiere darnos lo que necesitamos, pero Él puso un reglamento, “pedid y se os dará, buscad y hallareis, golpead y se os abrirá”.

Dios nos está diciendo que le pidamos, que Él no tiene límites, lo más pequeño o lo más grande. No importa lo que sea, porque Dios es Dios de todo. ¿Hay algo que sea difícil o imposible para Dios? No, todo es posible para Dios, lo más pequeño o lo más grande. Dios está esperando que le pidas. A Dios le gusta que seamos hijos cariñosos. Dios es Dios y Él nos ama, y quiere que nosotros lo amemos. A veces no entendemos que Dios necesita que nosotros lo amemos, que nos acerquemos a Él.

Hay momentos de desesperación que uno pide alterado, y Dios está ahí para ayudarnos. La oración es la que mueve la mano poderosa de Dios. A través de una simple y sencilla oración, mucha gente se va a encontrar con Jesús. Nosotros tenemos que cultivar nuestra amistad con Dios, y cultivar no es más que hablar. Necesitamos tener tiempo para hablar con Dios.

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