EL MINERO QUE LLEVÓ EL AVIVAMIENTO A GALES
sábado 3 noviembre 2018

EL MINERO QUE LLEVÓ EL AVIVAMIENTO A GALES

Evan Roberts nació en una familia de práctica metodista el 8 de junio de 1878. Su padre, un rudo y religioso minero, sufrió un accidente siendo Evan aún muy joven y este tuvo que dejar sus estudios y dedicarse al duro oficio de minero. El joven minero era un ávido lector de la Biblia y tras el trabajo, recorría el kilómetro y medio que le separaba de la capilla de su localidad.

En 1898, Evan tuvo que emigrar a Mountain Ash, una ciudad próxima a la suya, para buscar trabajo.

Al poco tiempo, el pastor de su iglesia le pidió que le ayudara en la congregación y no tardó mucho en ser recomendado para dedicarse de tiempo completo en el ministerio. Roberts no se sentía satisfecho con su relación con Dios. Algo desanimado, acudió a escuchar a un evangelista itinerante llamado Seth Joshua. El reverendo Joshua llevaba varios años orando para que Dios levantara a un nuevo Eliseo, un hombre sencillo que trajera el avivamiento a la región. Tras asistir a varias reuniones experimentó un encuentro con Dios y su vida cambió por completo.

Al comienzo del siglo XX se sintió una necesidad de avivamiento. Un movimiento general de oración empezó, con reuniones especiales de oración en el Instituto Bíblico Moody, en las convenciones de Keswick en Inglaterra, y en lugares tan distantes como Melbourne (Australia), Wonsan (Corea), y Nilgiri Hills (India). Alrededor del mundo entero, creyentes estaban orando por otro gran avivamiento en el siglo XX.

En 1904 Evan Roberts tuvo su primera visión sobre el avivamiento en Gales. Vio un brazo que se extendía desde la luna hasta Gales. Él creyó ver la mano de Dios en esta visión y comenzó a organizar reuniones en su iglesia.

El movimiento pasó sobre Gales como una marea alta; en cinco meses se convirtieron cien mil personas en todo el país. Cinco años después, el Dr. J.V.Morgan escribió un libro para desprestigiar el avivamiento; su crítica principal fue que de estos cien mil convertidos, ¡después de cinco años “solo” setenta y cinco mil seguían siendo miembros de iglesias!

El impacto social fue asombroso. Por ejemplo, los jueces no tenían ningún caso a juzgar: no hubo robos, ni asaltos, ni violaciones, ni asesinatos, ni malversaciones, nada.

En pocos meses su fama se extendió por todos Gales y centenares de personas acudían a sus reuniones. La prensa se enteró del fenómeno y envió a corresponsales para que contaran lo que pasaba en la pequeña iglesia galesa.

Muchos mineros dejaron su ruda vida y comenzaron a asistir a los cultos. Las mujeres de los mineros también comenzaron a asistir y, a diferencia de otras congregaciones, se permitió que participaran activamente en los cultos. El nivel de vida de los mineros cambió radicalmente. Dejaban el alcohol y comenzaron a tratar mejor a sus hijos y mujeres.

En 1905 empezaron a manifestarse algunas señales sobrenaturales que Roberts no sabía cómo explicar. Voces le hablaban de la situación espiritual de otras personas. La presión empezó a aumentar a su alrededor y no tardó en sufrir un colapso emocional, debido al exceso de trabajo. Las crisis se repitieron en varias ocasiones y tuvo que suspender numerosos cultos.

Las semillas de avivamiento se cultivan siempre en los corazones de los humildes. Y así fue con el gran avivamiento de Gales en 1904. Fue en un joven minero, Evan Roberts, que Dios impartió una visión ardiente por un avivamiento espiritual. Evan Roberts no tenía los dones de un gran intelecto, ni era un orador elocuente, pero tenía una pasión ardiente por Jesús. Mientras otros jóvenes estaban paseando en sus veleros en la bahía, el joven Roberts asistía fielmente a las reuniones de oración. Día y noche sin cesar oraba, lloraba y suspiraba por un gran avivamiento espiritual. El escribió: “Por diez u once años había orado por avivamiento. Podía quedarme despierto toda la noche para leer o hablar sobre avivamiento.”

Evan Roberts a menudo simplemente guiaba a la gente en oración o leía las Escrituras. En otra ocasión se quedaba sentado tranquilamente, mientras la gente, uno por uno, confesaban sus pecados o daban testimonio de la victoria y del poder de Cristo. También había tiempos gloriosos de adoración que duraban horas. Roberts solo daba instrucciones humildes de vez en cuando, y dejaba que el Espíritu Santo hiciera el resto. Él fue un ejemplo constante de cómo dejarse guiar por el Espíritu Santo.

Una de las características sobresalientes de este gran avivamiento fue la confesión de pecados, no solo de los inconversos, sino entre los cristianos mismos. Todos eran quebrantados y no se podían resistir ante la cruz de Cristo. Durante el avivamiento, Evan Roberts hacía hincapié constantemente, sobre la necesidad de tratar honestamente con el pecado, la obediencia completa hacia el Espíritu Santo, y la preeminencia del Señor Jesucristo.

Evan Roberts fue un instrumento para traer sanidad a un país entero, porque se preocupaba, lloraba y oraba. Fue un ferviente intercesor. Como resultado, dondequiera que iba, los corazones se encendieron con el amor de Dios.

El 29 de enero de 1951 falleció a la edad de sesenta y dos años. Su liderazgo duro poco, pero durante décadas Gales experimentó un gran avivamiento que conmovió a toda la nación.

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